En estos días, la estación, prevista en su momento por el propio Ayuntamiento de Bilbao como provisional, desmontable y reutilizable, ha sido desmantelada y al parecer achatarrada. Evidentemente, uno de sus valores no era el de la antigüedad con tan solo 18 años de vida, pero aunque ese valor de antigüedad no sea una referencia fundamental al hablar de patrimonio industrial, con esta decisión, a nuestro juicio desafortunada de los servicios de arquitectura municipales, ya nunca podrá pasar de esa edad.