La visión del futuro que arrasaba hace 40 años, y también ahora, era mucho más imperfecto. Mad Max presentaba un panorama posapocalíptico y violento, una distopía inspirada en los tiempos de las barbaries de Atila dominado por la ley de la sin ley y bandas de salvajes moteros a las que les mola pasar el tiempo surcando polvorientas carreteras en busca de los bienes más preciados, combustible y agua (bueno, estas ideas se desarrollarían más en las secuelas), y aterrorizando, torturando, violando a hombres y mujeres ...