Los violadores de San Fermines representan todo lo que odio y la encarnación de todas las cosas contra las que lucho. Decía Olmo en la genial Novecento que los fascistas "no son como los hongos, que nacen así en una noche, no. Han sido los patronos los que han plantado los fascistas, los han querido, les han pagado...”.Pues con los violadores de San Fermín pasa exactamente lo mismo: sería ingenuo pensar que son un hecho aislado, o peor, que no nos hemos topado con personas así en nuestras vidas. Todas tenemos ya esa foto de los cinco engendros.