Ninguna de las mujeres que hablaron conmigo relató ninguna experiencia concreta relacionada con el telar: abundaban palabras como “revelación”, “fluir” y demás terminología eminentemente abstracta, hasta que llegó la hora de explicarme cómo debía proceder para convertirme en mujer fuego y todo se volvió la mar de conciso. Se me invitó a ingresar mis 1200 euros en la cuenta corriente de la Mujer Agua actual -en este caso, su nombre era Sol Resplandeciente- porque “es a ella a quien debemos sostener y apoyar, haciéndola sentir fuerte, plena y...