La Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció en 2010, que el derecho al agua potable y el saneamiento es un derecho humano esencial. Desde hace tiempo, el agua se ha convertido en un objeto de deseo para las grandes corporaciones por su valor estratégico. Se trata de pasar de las medidas paliativas a regular los derechos a través de la Campaña Agua y Saneamiento, derechos humanos básicos para la vida, con una ley, asegurando las necesidades personales y domésticas y garantizando los derechos en los espacios públicos y comunes.