El precio del vino está lejos de ser homogéneo en todo el planeta. La regulación del mercado, los impuestos al alcohol y el papel que ocupa el país en el flujo internacional afectan directamente al precio que tienen de media los caldos en su territorio. Así, no es de extrañar que Chile, Hungría y Sudáfrica, tres de los seis mayores exportadores de vino del mundo, sean los países donde esta bebida tiene un precio más asequible (5,3, 4,1 y 3,3 dólares por botella, respectivamente).