"Pero qué asco dais... amparados en la noche, ocultos entre la muchedumbre, seguís pensando que hay algo entre vuestras piernas con forma de patente sexual, un objeto de dominación que echa sus raíces en una sociedad machista y cómplice, machista y cobarde, machista y ciega, muda, inmóvil e indigna. A los hombres deberían repugnarnos todos los hombres que callan, todos los que lo justifican, todos los que menosprecian a las víctimas. Ser un dique moral con el que contener tanta hombría repugnante"