Pancho, el Galleguito, vino al mundo hace 82 años en su casa de Loureda. «La vaca se puso de parto y mi madre, también. El primer día dormimos todos juntos en la cuadra», recuerda. La infravivienda «do avó» sigue en pie gracias a Pancho, pródigo en ladrillos, que se entenebrece al saber que la Ley del Suelo podría endilgarle hasta 25.000 euros en sucesivas multas si no enluce los muros que lleva pagando de su bolsillo «toda la vida». No existe un registro oficial que dé fe del número de viviendas que, desprovistas de pintura o recebo, afean...