Ayer, asistimos todos a la Gala del Balón de Oro, o bueno, a la pantomima de todos los años. Este galardón, antiguamente entregado pro France Football y que la FIFA ha hecho suyo, se ha convertido en mas que un evento y un premio prestigioso, en una pesadilla. Hemos asistido en los últimos años a una degradación del premio, por parte de los máximos mandatarios de la UEFA y la FIFA, y no solo eso, asistimos a una larga pesada, infumable e interminable.