Nada ha cambiado y nada cambiará porque seguimos ensimismados ante los escaparates, ante la ropa de marca fabricada a costa de la explotación infantil, ante los medios de comunicación que venden entretenimiento e información basura, ante las luces de colores, ante la tecnología 3D, ante el papel de regalo, ante la Navidad del derroche, ante las drogas que dejan decenas de asesinados por el narcotráfico, ante el aire acondicionado, ante las redes sociales, ante 'Whats app'... Se me ocurren millones de cosas.