Comer bien es básico para no sentirnos a disgusto. Consumir el alimento apropiado, en el momento adecuado y con la compañía deseada, constituye el tridente ideal para combatir preocupaciones y miedos. Hoy esto es cada vez más necesario, pues casi todo lo que nos rodea y de lo que se nos habla, es desalentador y muy poco positivo.