Puede que los motivos que han llevado a Rivera y Ciudadanos a proponer la regulación de la prostitución no sean los más loables –ni loables a secas–, pero al menos han contribuido a que se reabra un debate vital para muchas mujeres, que siempre se cierra en falso y con alguna que otra demonización extra. De entrada, deberíamos resaltar que no parece muy feminista obviar el hecho de que las putas llevan décadas manifestándose y luchando contra las ordenanzas prohibicionistas y organizándose en colectivos, como Hetaira o Prostitutas indignadas..