El estado más meridional del país sudamericano, Rio Grande do Sul, confirmó la muerte de 942 mamíferos marinos, una cifra sin precedentes, como consecuencia de la infección por influenza aviar de alta patogenicidad. La oceanógrafa Silvina Botta, de la Universidad Federal de Río Grande (FURG), dijo que los cadáveres tienen que ser enterrados o incinerados lo antes posible para reducir el riesgo de contaminar a humanos u otros animales.