En una denuncia pública, ponía negro sobre blanco: uno, que “no forma parte del conflicto bélico en Ucrania”; dos, que el mercenarismo está prohibido por sus leyes, al contrario –recordemos- que en tantos lugares donde se contratan a exmilitares para combatir en favor de Ucrania; y tres, que su supuesta colaboración en “estas acciones” es un invento más de “los enemigos de Cuba”. Estos “enemigos”, las organizaciones “anticastristas”, llevaban días diseminando una fake news: que La Habana estaría enviando jóvenes al conflicto de Ucrania.