Aproximadamente dos semanas después de la inyección, Warner experimentó una frecuencia cardíaca extremadamente elevada; un médico de urgencias se negó a creer que se trataba de una reacción adversa al jab y, en cambio, lo atribuyó a un "episodio psicótico". Después de visitar otro hospital debido a más problemas cardíacos, Warner fue remitido a un cardiólogo que le diagnosticó pericarditis, una inflamación del revestimiento exterior del corazón. Desde hace cuatro meses, Warner ha estado tan enfermo que no ha podido trabajar ni andar en biciclet