Cuando unos investigadores de la Universidad de Miami publicaron en 2022 un estudio que demostraba que el calentamiento de los océanos estaba impulsando la población de tiburones tigre del Atlántico hacia el norte, la noticia fue recibida con comprensible alarma por los habitantes de la densamente poblada costa este de EEUU. En el caso de los tiburones tigre, esta preocupaciónestá justificada, ya que este depredador ha estado implicado en decenas de ataques no provocados a seres humanos, según el Archivo Internacional de Ataques de Tiburón.