En marzo de 1952, Turing fue condenado por un juez a recibir un tratamiento con estrógenos para "curar su homosexualidad”. Este tratamiento le afectó física y psicológicamente. Hoy la realidad es otra, pero aún queda mucho por hacer para que nadie, por razones de género, raza u orientación sexual sea discriminado. Yo soy matemática en la Universidad de Oxford y lesbiana. Puedo declararlo abiertamente sin que el Gobierno me condene. Pero todavía, en muchos aspectos, sigue siendo un tema tabú.