Según Albert Quiles, director de la Fundación Amics de la Gent Gran, dos de cada tres mayores de 85 años, denominados como «cuarta edad», viven solos, con estados de salud y movilidad muy frágiles que les impide salir a la calle y relacionarse, lo que les repercute en un aislamiento social. La mayoría son viudos, no tienen amigos porque ya fallecieron e, incluso, algunos pasan de los 90 años y han sobrevivido a sus hijos».