El descenso del consumo, la escasez de trabajadores especializados o la competencia de supermercados y otras superficies ha llevado a la desaparición a cerca del 30% de las pescaderías tradicionales entre 2007 y 2021. «El consumo de productos pesqueros está cayendo en todas las categorías, cae el pescado fresco, el congelado, mariscos y conservas, que habían resistido algo mejor hasta ahora, pero también han caído este año. Esta caída tiene que ver con la inflación pero también «con un cambio socioeconómico muy importante del país»».