Las cifras y los testimonios en cualquier despensa solidaria de barrio o en las puertas de las diversas ONG, a diez días de cumplirse un año de la declaración de la pandemia de la COVID 19 por la OMS, dejan en evidencia que el sistema público no ha sabido reaccionar y lejos de mejorar, las tristemente célebres “colas del hambre”, las peores secuelas económicas de esta gran crisis sanitaria no paran de crecer con nuevos usuarios.