La prohibición del burkini en las playas francesas, alentada por las autoridades del estado galo por su supuesto ataque contra los valores seculares y laicos del país, ha vuelto a arrastrar a la primera plana de la actualidad la vestimenta de las mujeres musulmanas en los países occidentales. O más bien, algunas de sus prendas de vestir, resumidas en el hijab, la más popular de todas ellas, y el burkini, ahora tan en boga durante el verano y traje de baño que cubre todo el cuerpo y pelo. El debate es enconado, tanto a favor como en contra.