En el instante en el que mis dedos tocaron el anillo, irrumpe lo sobrenatural", evoca: "Me invade un calor abrasador, tan intenso que es humanamente imposible describirlo con palabras. Me siento poseída por un sentimiento de amor infinito, maravilloso, indescriptible. Mi corazón se funde, mi inteligencia vacila, mi espíritu cede ante lo Eterno. ¿Qué está pasando? A la velocidad del rayo, la evidencia se me impone: creo. Creo en una entidad o un ser invisible. Atea desde mi nacimiento, tengo inmediatamente la impresión de haber estado ciega.