La profesión periodística ha cambiado tanto, desde que yo empecé, que hoy resulta más rentable difamar e insultar que indagar la verdad. Es de agradecer. No sabéis lo engorroso que era lo de buscar datos, certezas, indicios, entrevistas, pistas, fuentes. Todo el día de aquí para allá, sube p´abajo baja p´arriba como maquinita por la gran ciudad. Nos llamaban calle o miembros de la Triple P: putas, periodistas y policías.