Cogió la pistola que su padre tenía por ser un guardia municipal y le disparó en la nuca mientras éste estaba de espaldas en la cocina. Su hermana, de 16 años, acudió al lugar para ver qué ocurría, pero acabó muriendo de un disparo en la cara.Tras ello, el adolescente dejó los cuerpos en la vivienda y continuó su rutina, yendo al gimnasio y comiendo en una cafetería. Al volver esperó a que su madre llegara del trabajo y, cuando entró en la casa, la mató de un disparo por la espalda. Durante el interrogatorio, el joven no se mostró arrepentido