En épocas como la que estamos viviendo, donde rara es la persona que no tiene entre sus conocidos a un primo, un cuñado o un familiar X con una cámara réflex de treinta megapixels en la mano, la idea de pagarle dinero a un fotógrafo de bodas puede resultar ridícula, al menos así de primeras. Sin embargo, hay un dicho que proviene del mundo del diseño gráfico que viene como anillo al dedo (y nunca mejor dicho, ya que estamos hablando de bodas)… "Si pagas con cacahuetes, lo único que conseguirás son chimpancés."