Como parte que soy de la generación Mcdonald, ya no solo por estar acostumbrados a alimentarnos de comida rápida, alta en grasas y calorías, sino también por no poder optar a tener otro empleo que este tipo de trabajos, que aunque parece que nadie los quiere son difíciles de conseguir, es normal que no me guste que se presente una hamburguesa con carne 100% extremeña como plato gourmet de la denominada ‘comida basura’.