Somos mejores que quienes nos engañan,pero eso no nos hace ser inocentes,nuestra obligación era tener cuidado desconfiar de los vendedores de humo cuyo negocio es quemar puentes,reducir las ideas a cenizas;y lo cierto es que no hemos cumplido con esa tarea;nuestro deber de ciudadanos demócratas era no cerrar los ojos,no quedarnos en casa,recordar que esa gente no está de broma,que ha venido a sembrar la cizaña de toda la vida,a avivar fuegos que creíamos extinguidos.Deseo que no nos engañen,que no nos manipulen,que no nos enfrenten..