'Istanbul United' es el ejemplo de algo impensable: la unión política entre ultras de los 3 equipos de la ciudad . Y es cierto: en lugares donde no se puede levantar la voz contra un régimen autoritario, un estadio de fútbol puede convertirse en un oasis de libertad. O sea, en un peligro. Especialmente para ese régimen. Lo sabe bien Recep Tayyip Erdoğan, el presidente turco, que en mayo de 2013 consiguió algo involuntario e impensable: unir a los seguidores más radicales de los 3 equipos de Estambul, hasta entonces rivales a muerte.