Por cada cirugía que se hace en Cuba, alguien está pagando mucho dinero en Miami. Sin dólares, medicamentos importados y sobornos no hay quien se opere, asegura Julia, una santaclareña de 68 años que padece cáncer de mama. Gracias a su hijo, que vive en Florida, ha transitado con suerte, aunque no sin disgustos y negligencias, por las distintas etapas del tratamiento. Desde su diagnóstico a finales de 2021, Julia ha tenido que remitir a su hijo complejas listas de medicinas, equipos y sueros que los oncólogos le exigen.