Ahora,
una reciente investigación, que se ha publicado en la revista The New England Journal of Medicine sugiere que hemos subestimado el timo todo este tiempo. A los cinco años de la cirugía, los pacientes que no tenían timo tuvieron una mortalidad significativamente mayor que aquellos que seguían con esta glándula. Concretamente, el 8,1% de las personas del grupo sin timo falleció, en comparación con el 2,8% del grupo que tenía el timo intacto.