Chávez, después de su partida física, es hoy incluso más fuerte, tanto en la acción política como en el discernimiento sobre quién fue en realidad. Para la mayoría fue el gran líder revolucionario, para otros “un líder espiritual-religioso” y en esta transición, en su ausencia terrenal, algunos lo comparan con un santo y otros lo catalogan como un espíritu elevado, muchos evocan a un Chávez tridimensional: el hombre, el líder-revolucionario y el espiritualista. ¿Es Chávez una persona cualquiera, un santo o un profeta?.