Tú, sí, tú. Que podrías ser mi hermano, mi padre o mi abuelo, que lo mismo vas con corbata que estás en camiseta de tirantes echando cemento, que te da igual ir solo que acompañado. A ti te escribo porque hay algo que debes saber: no me lances el piropo. Ahórratelo antes de soltar un “guapa” o cualquier barbaridad soez por la boca. Te diré algo, por mucho que me mires como si fuera un trozo de carne, no me visto para ti y tu opinión no me interesa. Me da igual si llevo un cinturón como falda o un escote hasta el centro de la tierra.......