En 1880, por la consulta de un médico francés se pasó una señora que afirmaba no tener cerebro, ni pecho, ni estómago ni intestinos. Aseguraba que el suyo era un cuerpo en descomposición, y que además carecía de alma. El galeno francés, Jules Cotard intentó ayudarla, sin éxito: al estar segura de que no tenía estómago, se negaba a comer, por lo que murió desnutrida. ¿Nueva dieta de la alcachofa? Mais, non! Este singular transtorno fue bautizado como “delirio nihilista” o “de negación” por su descubridor, aunque después ha sido rebautizado.