De manera silenciosa, a través del salario, Europa muta hacia una cultura de lo barato. Se impone el low cost y una nueva forma de vida que empobrece a las clases medias. "Es verdad que la ‘uberización’ de la economía y las nuevas tecnologías hacen la vida más fácil a los consumidores a través del uso intensivo de aplicaciones informáticas instaladas en un simple teléfono móvil, pero su impacto sobre el PIB es todavía irrelevante. Ese es el problema. Y cargarse un modelo económico sin que haya alternativas, por el momento, solo devolverá..."