Ante la austeridad, una serie de "reformas" desconectados podría, sin medidas correctivas, conducir al desmantelamiento efectivo de gran parte del sistema sanitario español, con efectos potencialmente perjudiciales para la salud(...) El gasto público en salud es bajo. Aunque, en 2010, España gastó el 9,6% del PIB en salud, el 26% de esta era de origen privado (seguro privado el 6% y el 20% restante pagado por las personas) y el 74% era público, con esta última equivalente al 7,0% del del PIB, frente a una media del 7,6% en la Unión Europea