La última encuesta del CEO sitúa a los partidarios de la independencia en un 40%, mientras que los contrarios llegan al 53%. Poco a poco, pero sin aflojar el ritmo, el independentismo sigue perdiendo fuerza entre catalanes y catalanas y ya se sitúa en el dato más bajo desde 2015, es decir, el más bajo en toda la serie histórica. Este dato no tiene nada que ver con la legitimidad del derecho a la autodeterminación, pero sí que explicita el gradual desencanto del votante independentista. Los resultados electorales también lo dejan bien claro.