La magia de los girasoles habita en todo su ser: desde sus semillas y su aceite llenos de nutrientes, la forma en que sus pétalos siguen el sol, hasta el secreto matemático que encierran sus espirales. El patrón de las semillas dentro de la cabeza de un girasol sigue la secuencia Fibonacci: 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, etcétera. Cada número de la secuencia es la suma de los dos anteriores (55=34+21).