Durante la conversación, que fue interrumpida por parte de Berlín ante la sospecha de que no se trataba del verdadero Klitschko, «los gestos y las expresiones faciales coincidían con los del alcalde de Kiev, al que ella no conocía personalmente», describieron después sus colaboradores, que recordaron que una conversación planeada entre ellos en la Conferencia de Seguridad de Múnich hubo de ser cancelada cuando Klitschko, a causa de la guerra, hubo de ausentarse antes de lo previsto. «Vimos a Klitschko en la pantalla.