Arranca la cuesta de enero y con ella las subastas de deuda del Tesoro, imprescindibles para poder hacer frente al gasto público de un país, como España, que no es capaz de tener un superávit fiscal a pesar de registrar los mayores niveles de recaudación de la historia. Aunque el departamento dependiente de la vicepresidenta económica Nadia Calviño aún no ha publicado la estrategia de emisiones de 2023, espera colocar bonos, letras y obligaciones por un importe de 256.900 millones de euros, un 8,2% más que el pasado año.