“Desde el club nos dijeron que fuéramos a empatar. Todo el mundo lo vio. El presidente y el coordinador vinieron tras el entreno del viernes. Nos dijeron que querían subir sí o sí, y que teníamos que empatar, que se daría la situación". “Lamento decirlo", me dijo Freeman en esa primera conversación en el bar barcelonés, “pero si algo así hubiera ocurrido en un partido entre niños en Canadá se hubiera armado un enorme alboroto. Manifestaciones, investigaciones, dimisiones y, sin duda, mucho ruido en la prensa".