[c&p] Viajemos en el tiempo, saltando a la ría de Vigo a finales de septiembre de 1702. En el horizonte, hacia el oeste, la visión que durante días pudieron disfrutar los gallegos tuvo que ser impresionante. De la lejana América llegaba una flota única. Buscando abrigo en la ensenada de San Simón, en un lugar bien protegido, fueron colocándose los navíos de la mayor flota del tesoro americano de la historia, portando en sus bodegas ingentes cantidades de plata y oro para el Reino de España.