Muchos de mis libros y autores favoritos no llegaron hacia mí por un regalo o porque se me ocurrió comprarlos en una tienda, sino porque alguien me prestó un libro de ellos, y en ese acto, me abrió la puerta a mundos maravillosos. El libro prestado, ese primer libro que “no compré”, me hizo ir después a las librerías a buscar más novelas de los mismos autores, a buscar entrevistas, a querer más. Un libro prestado se convirtió en 10 libros comprados en mi biblioteca. Y esto es lo que resalta Gaiman en su entrevista: