Si algo me flipa de la física es su capacidad para, con ecuaciones sencillitas, aproximar la realidad. Es como tener en tu mano un superpoder para entender el mundo. Pero todo superpoder conlleva una gran responsabilidad.
O mejor dicho, una gran carga.
Y es que a todos los físicos nos lastra el querer calcular cosas. Oyes un dato chulo y enseguida una de tus cejas se alza y piensas: «Hmmm, y eso, ¿cómo se cálcula?»
Eso mismo me pasó hace poquito recordando el siguiente dato que leí en algún libro divulgativo (que ahora no recuerdo, o de cuyo...