En los hogares españoles la potencia contratada suele estar entre los 4 y los 5 kW. Cuando llegamos a casa tras un día de trabajo y preparamos la cena, ponemos la lavadora y utilizamos el calentador para ducharnos, el consumo se acerca al límite. Si en ese momento también enchufáramos nuestro coche eléctrico, con un consumo de 2,3 kW, nos pasaríamos de la potencia contratada y los plomos saltarían. Ante esto hay varias soluciones. La que podríamos pensar a priori, contratar más potencia (con el consiguiente aumento de la factura) o, la más...