Frente a la catástrofe económica que se avecina los radicales van quemando cartuchos para marear al personal. A Franco le cambiaron la tumba. Oye, pues muy bien, pues me alegro. Y ahora propinan honda dentellada contra el emérito aunque de lo que se trata es de derribar la monarquía. Don Juan Carlos, incluso con sus trapicheos de platino y tercera edad, al marchar adquiere proporción mítica como aquel Charlton Heston de «El planeta de los simios». Pero esta vez los monos han ganado y el macho alfa coleta plateada arroja espumarajos por la boca