Hace 3 años que la fábrica de Campofrío se quemó, una desgracia que traumatizó nuestra fría ciudad. Una desgracia que mantuvo a Burgos con una extraña solidaridad, la gente estaba muy concienciada, fotos de whatsapp, las redes sociales llenas de mensajes solidarios, concentraciones multitudinarias, pancartas de apoyo, camisetas, pegatinas... Pero hay una historia que quizás en Burgos nadie quiera oír, la del seguro, la del dinero y las ganancias de un negocio que pese a pedir y recibir solidaridad nunca lo fue ni con sus empleados