En esencia, los códigos BIC e IBAN son dos códigos que identifican nuestra cuenta y nuestro banco en las transacciones internacionales. Pensemos que, en España una cuenta se identifica perfectamente a través de sus 20 dígitos, los cuatro primeros son los del banco, los cuatro siguientes los de la sucursal, los dos siguientes son números de control, y los 10 últimos el nº de cuenta en concreto. Pero esta distribución cambia según los países.