El formato hipermercado vive desde hace años en un lento pero constante declive en España, claro perdedor de la guerra con los supermercados y sumido en una depresión de la que por el momento no parece saber salir. Las cifras son elocuentes: de 2001 a 2017 este tipo de gran superficie ha pasado de concentrar el 19,1 % de las ventas del gran consumo -categoría que engloba alimentación, droguería, perfumería, productos infantiles y material para mascotas- a quedarse ahora en un raquítico 13,3 %, según los datos