A la hora de comprar vivienda, normalmente buscamos algo bueno, bonito y barato. Buscamos una vivienda que colme nuestras expectativas, que tenga buen precio y que, por lo tanto, la hipoteca que tengamos que pedir al banco sea lo más baja posible. Buscamos una letra mensual que podamos afrontar mes a mes y que ante subidas del euribor, no nos afecte demasiado. Pero esta letra mensual tiene un sobre-coste encubierto que prácticamente nadie percibe: los gastos de comunidad.