Al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la humanidad arrojará menos aerosoles que enfrían el planeta, pequeñas partículas de contaminación que actúan como diminutos paraguas que devuelven parte de la energía solar al espacio. "Pero aún más importante que este efecto de reflexión directa es que se alteran las propiedades de las nubes", explica Øivind Hodnebrog, investigador del Centro de Investigación Internacional sobre el Clima de Oslo, Noruega. "Hacen las nubes más brillantes, y reflejan la luz solar de vuelta al espacio".